Me crispa los nervios...
Cada día que pasa se afianza en mí una manía que procuro perseguir pero que la condenada corre más que yo. Se trata de lo siguiente. Llego a una habitación donde haya un aparato de música, un televisor, una radio a todo volumen y automáticamente me da por bajarlo. No soporto el sonido estridente de nada. Me crispa los nervios más de lo que puedo soportar, lamentablemente porque me produce dolor físico que siempre será aborrecido y ahuyentado como yo mejor pueda.
El caso es que por esa razón no soporto de ninguna de las maneras a día de hoy esos bares, disco-pubs, discotecas de aglomeraciones y ruidos ensordecedores. ¿Y antes me pasaba igual? Para nada. Bueno, no es que fuera un todoterreno del ruido infernal de algunos sitios, pero sí me podía divertir bailando en un entorno ruidoso y en ambientes de fiesta. Hoy nada de eso me resulta agradable y ,si puedo, salgo huyendo en un descuido. Ahora entiendo el ansia por salir al jardín de los protagonistas de las películas antiguas. Acababan charlando fuera del bullicio y las risas del salón de baile. Salían por pies, esquivando a todo el mundo y reuniéndose, liberados, al fin, del calor bochornoso que producen las multitudes con sus afanes de pasarlo bien a costa de sudar a todo trapo.
7 comentarios
Meritxell -
solodelibros -
El lector a la sombra -
elbucaro -
Meritxell -
Meritxell -
Besitos.
Gatito viejo -
Saludos,