Pío Baroja.
Hay que ver qué poco leo a este autor que fue de culto para mí en mi tierna juventud. Y mira por donde me sorprendió sentir su añoranza al encontrarme en un programa de televisión ,¿de la dos?,con una semblanza de Caro Baroja y de refilón de su famoso tío. Cuánta alegría me dio ver aquel documental. Y la panorámica de su tierra natal tan querida que no tengo el gusto de conocer. Me pareció tan interesante que lamenté que se acabara tan pronto. Siempre pasa lo mismo: los programas culturales duran una ridiculez y los tipo salsarosa y compañía se pueden tirar tres horas tan ricamente. Qué injusto es el tratamiento que les dan a los documentalistas de tv. Ahí, relegados a cuatro programas escasos y el resto de la programación a triunfar con horteradas que deben interesar muchísimo al personal, si no qué pintan ahí.
Así que Pío Baroja las pasó canutas al principio de la Guerra Civil, cuando nadie se esperaba las salvajadas que se toparon de bruces tantos españoles. No sabía nada al respecto, por eso me gustó tanto escuchar la narración de lo que tuvo que vivir en el 36. ¿Alguien lo ha estudiado en los libros de texto de nuestra época? Yo,al menos, no sabía nada del asunto. Un tupido velo por parte de todos al finalizar la Guerra civil y santas pascuas. Pues no está mal conocer la verdad de cómo lo pasó y cómo lo cuenta en su obra, que por cierto la he visto recientemente en la librería y que pienso leerme próximamente. Ya está bien de darle esquinazo a don Pío.
2 comentarios
Gatito viejo -
Vi también el documental y me pareció extraordinario. Creo que merece la pena que la televisión apueste más por programas culturales de este tipo,documentos que no son muy conocidos y se dejan caer de vez en cuando para gusto de muchos, más de lo que parece. Estaremos atentos al goteo con que se producen. Saludos y gracias por el post, barojiana.
elbucaro -